domingo, 22 de julio de 2012

Capítulo 19 (Especial Louis y Paula)


(Narra Louis)
Me desperté temprano, demasiado para a la hora que me solía levantar normalmente, serían las seis y media de la mañana más o menos, miré el reloj y sí, ahora mismo eran las seis y veinticinco, aproxidamente lo que había pensado. Bajé abajo sin hacer ruido, fui a la cocina, preparé el biberón para el peque e hice el desayuno para Paula y para mi, unas tostadas, cereales y un vaso de leche como a ella le gustaba. Subí, dejé la bandeja con el desayuno encima de la mesita de noche, con mucha deliquedeza me senté a su lado, le di un pequeño beso, y fue abriendo sus ojos poco a poco.
-Buenos días cielo. - dije dándole de nuevo un beso.
-Buenos días cariño. - dijo ella dedicándome una de sus preciosas y adorables sonrisas, la amaba.
Iba a levantarse pero la detuve.
-No hace falte que te levantes, aquí tienes el desayuno, y yo me encargo de coger al peque. - dije dejando la bandejar a su lado.
-Sabes que te amo, ¿no? Que eres lo mejor que me ha pasado nunca, gracias.
-Sí, lo sé, pero yo te amo más. No tienes por que darme las gracias cariño, sé que tu también haces muchas cosas por mi. - dije besando su suave mejilla.
Ella ahora solo se limito a dedicarme una sonrisa.
Me acerqué a la cuna, vi como dormía, era un angelito, me daba pena despertarlo, pero ya tenía que comer, era la hora. Con mucha delicadeza lo cogí entre mis brazos, le di un beso en la frente, y se despertó, esta vez no fue como las otras, esta vez no se puso a llorar al haberlo despertado, esta vez me dedicó una gran sonrisa, la cuál me produjo que yo sonriera también.
Me senté en la cama junto a Paula con el bebé aun en brazos, cogí el biberón, y empecé a darselo, noté como Paula rodeaba mi cuerpo con sus brazos y dejaba caer la cabeza en mi hombre mientras veía como le daba al peque el biberón.
-Sabes que eres el mejor padre de este mundo, ¿no?
-Y tu que eres la mejor madre, ¿no?
Seguidamente los dos giramos la cabeza y nos fundimos en un dulce y bonito beso.
Se notaba que William tenía hambre, se terminó el biberón en un santiamén, y nada más terminárselo me tomé mi baso de leche con algunos cereales y una tostada.
Nada más terminar, nos vestimos rápido y mientras que yo vestía al peque, Paula preparaba su pequeña maletita de ropa.
[...]
Cogimos las maletas, las montamos en el coche, montamos al peque es su sillita, Paula se sentó atrás con él, y nos dirigimos a casa de Carmen y Liam.
[...]
Llegamos rápido, Paula cogió al peque y yo cogí su pequeña maleta de ropa. Llamamos al timbre, y nos abrío Liam.
-Hola chicos. - dijo él tan feliz como de costumbre.
-Hola Liam. - respondimos nosotros dos.
-¡Princesa! Ya están aquí. – dijo Liam alzando un poco la voz para que Carmen consiguiera enterarse.
Al poco tiempo apareció Carmen, y nos dio dos besos a cada uno.
-Ay, no quiero separarme del peque. - decía Paula.
-Cariño no te preocupes solo son dos días y además lo dejamos en muy buenas manos.
-Bueno eso de que se quede con ellos me deja más tranquila.
Paula le dio un abrazo al peque seguido de un beso en su frente, luego lo cogí yo e hice lo mismo que ella, y se lo dejé a Liam en los brazos, al cual le encantaban los bebés igual que a Carmen, estaba tranquilo de que lo cuidarían muy bien y con mucho amor.
Nos despedimos y montamos de nuevo en el coche, esta vez con dirección al aeropuerto, tan solo nos quedaba media hora para que saliera nuestro vuelo.
En unos minutos llegamos al aeropuerto ya que estaba cerca. Embarcamos las maletas y montamos en el avión.
[…]
Al fin llegamos, al fin el Los Ángeles, todo aquello era espectacular.
Cogimos un taxi el cuál nos dejo en nuestro hotel, el hotel W, aquel hotel el cual me traía muchos recuerdos, este fue el hotel en el que estuvimos los cinco juntos por primera vez, aquí fue nuestro primer viaje como banda, a parte de la vez que fuimos a España a la Cada de los Jueces.
-Este es el hotel en que os quedasteis los chicos y tu en vuestro primer viaje, ¿a qué sí? - dijo Paula.
-Sí, me trae muchos recuerdos, recuerdos que nunca olvidaré.
Fuimos a nuestra habitación, era muy acogedora y preciosa, y en el baño había un jacuzzi.
-¿Vamos a dar una vuelta y buscamos un restaurante para comer? - propuse.
-Sí, venga, tengo hambre cielo.
Nos cogimos de la mano y salimos en busca de un restaurante en el que poder quitarnos el hambre.
-Mira este tiene buena pinta cariño. - dije señalando un restaurante italiano.
-Pues aquí comemos, cielo.
Los camareros nos guiaron hasta la mesa, nos sentamos, pedimos la comida y en un rato nos la trajeron.
[…]
Nada más terminar de comer, salimos de allí y decidimos pasar una parte de la tarde de compras.
En cada tienda que veíamos entrábamos y salíamos con bolsas, la verdad es que Paula y yo en este aspecto nos parecíamos mucho, nos encantaba comprar ropa, también nos acordamos del peque y le compramos alguna que otra cosa. Ese rato de la tarde lo pasamos genial entre risas y mimos del uno al otro.
-Bueno cielo vamos al hotel, nos arreglamos y vamos a dar una vuelta por la playa, ¿no?
-Vale cariño, pero ¿qué hora es?
-Son las ocho.
-Vale, pues me tendré que dar prisa en arreglarme.
Volvimos andando al hotel ya que estaba bastante cerca de el lugar en el que nos encontrábamos.
Los dos nos dimos una ducha rápido y empezamos a arreglarnos para esta noche.
[…]
Después de algo más de una hora, al fin terminé, me había costado ponerme bien el pelo. Me había puesto una camisa de rayas (típico en mí, son mis camisetas de la suerte, y esa noche la necesitaba) azul y blanca, de esas arregladas de Polo Ralph Lauren, a juego con unos pitillos del mismo todo azul de la camisa y los zapatos. Me dirigí a la mesita de noche donde tenía la alianza y me dispuse a meterla en el bolsillo cuándo de repente note un ruido atrás de mí.
-¿Que haces cariño? - dijo Paula atrás mía.
-Nada, nada, simplemente cogía la colonia. - dije aun de espaldas a ella disimulando que me echaba colonia, aunque ya me la hubiese echado antes.
-Por cierto, vas guapísimo, me encantan esas camisas de rayas. - dijo a lo que yo me di la vuelta, iba preciosa, no había otra palabra para describirla o a lo mejor sí, pero no se me venía a la cabeza, llevaba un vestido amarillo precioso, el cuál complementaba con su piel morena, a juego con unos tacones, y su precioso pelo moreno con un toque ondulado, un poco de base de maquillaje y eso es lo que hacía que fuese perfecta para mí.
-Pa.. Paula vas preciosa cariño. - dije sin poder parar de mirarla.
-Muchas gracias cielo.
-Bueno venga, ¿vamos?
Salimos del hotel, fuimos a un restaurante que vimos a la hora de comer que nos pareció un buen sitio para cenar, y así fue, la comida estaba deliciosa.
Después de la deliciosa cena de la que habíamos disfrutado decidimos bajar a la playa a caminar un rato por la orilla.
No había a penas nadie por allí, se podría decir que estábamos solos en la playa.
Empezamos a andar abrazados por la playa entre besos, cuándo de repente me acordé y no esperé más, ese era el momento perfecto.
-Cariño, este viaje a sido para decirte una cosa, y esa cosa es..., ¿querrías hacerme el honor de casarte conmigo? - dije poniéndole la alianza.
-¿Qué? Claro que si, lo sabes demasiado bien y me casaré contigo, eres mi chico ideal, al que amé, amo y amaré siempre.
-Te amo cielo. - dije a lo que seguidamente nuestros cuerpos se fueron juntando, hasta que quedamos frente con frente, mi nariz y su nariz estaban unidas la una a la otra, y nos mirábamos fijamente a los ojos, no pude resistirme más y la besé, fue un largo beso, lo cuál lo hizo más tierno de lo normal.
Decidimos volver al hotel. Nada más llegar nos tiramos en la cama, ella me quitó la ropa a mi y yo a ella, la cogí en peso y nos metimos en el jacuzzi, empezamos en un simple abrazo, luego en un pequeño beso, el cuál fue aumentando poco a poco, yo recorrí cada parte de su cuerpo con mis besos, ella me besaba el cuello, poco a poco todo aumentaba más y más y acabamos en una noche llena de amor, haciendo lo típico en un pareja, haciendo el amor.
Después de acabar todo aquello, nos pusimos un albornoz, salimos a la terraza y nos tumbamos un rato en las tumbonas que había para secarnos.
En poco tiempo nos metimos de nuevo a dentro, hacía un poco de frío, además estábamos cansados después del largo día y nos quedamos rápidamente dormidos abrazados el uno al otro.
A la mañana siguiente fue ella quién me despertó con un dulce beso mañanero.
Por la mañana decidimos ir a la playa, cogimos las dos o tres cosas que nos hacían falta y bajamos.
Estando en las toallas tumbados decidimos llamar a Carmen y a Liam para ver que tal estaba el peque y como se estaba portando.
[…]
Después de haber llamado vi como Paula se quedó mucho más tranquila al escuchar que el peque estaba bien.
Fuimos a comer a un restaurante que había cerca de dónde estábamos, y nada más terminar fuimos al hotel a recoger nuestras cosas, ya nos tocaba volver de nuevo a Londres.

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Este capítulo lo he hecho con la ayuda de Martiita Directioner Forever, espero que os guste y ya sabéis dejad vuestro comentario, así me animáis más a escribir, os quiero :)

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