sábado, 20 de abril de 2013

Capítulo 38


(En capítulos anteriores)
Me levanté temprano, le hice el desayuno y le dejé una nota en la bandeja, yo tenía que llegar antes que ella al apartamento, así que me cogí el coche y llegué rápido al apartamento. 
(Narra Marta)
Sentí el ruido de un coche salir de casa, y ese fue el causante de que mi bonito sueño acabase. Miré hacía mi lado derecho para darle un beso de buenos días a mi irlandés, pero para sorpresa mía no estaba; en su lugar había una pequeña nota. La cual decía:
Buenos días pequeña, ¿habrás descansado bien, no? Te recuerdo que hoy te espera un largo día junto a tu irlandés favorito. Baja abajo, que tienes un delicioso desayuno esperándote, y no te dejes nada eh, que te conozco, hay que empezar el día con fuerza. Un taxi te espera a fuera para llevarte al sitio indicado. No me hagas esperar mucho. Te quiere, Nialler xx.”
¿Cómo he podido tener tanta suerte? Esa ha sido mi pregunta desde el primer día que comencé a salir con éste chico tan adorable, y creo que nunca dejaré de repetírmela. He tenido mucha suerte.
Con una enorme sonrisa en la cara bajé abajo. Allí estaba un enorme desayuno, del tamaño del que se los come Niall Horan, o sea, algo imposible para mí.

Intenté comerme la mayor parte del desayuno mientras veía la tele. Nada más terminar me vestí y me puse algo de maquillaje. Rápidamente salí afuera, y monté en el taxi.
-Buenos días. – dije dedicándole una grata sonrisa al taxista.
-Buenos días señorita. – dijo él devolviéndomela a mí.
Después de unos diez minutos llegamos al lugar indicado.
-Llame al 3ºA, me dijo Niall que se lo dijese. – dijo el taxista.
-Muchas gracias, adiós. – dije saliendo del taxi.
Dejé pulsar mi dedo un par de veces sobre el timbre del apartamento indicado. Después de unos breves instantes se abrió la puerta, subí arriba y justo en la puerta indicada había un ramo de flores junto a una nueva nota, la que decía:
“Ya te echaba de menos pequeña. Espero que te hayan gustado las rosas. Entra y empieza a disfrutar de éste gran día.”

Sin pensarlo dos veces, empujé la puerta para así entrar. Las luces de todo el apartamento estaban apagadas, lograba ver gracias al bonito pasillo de velas que habría preparado Niall y sentí como el dulce olor de mi pequeño invadía todo aquél apartamento.
Decidí seguir el recorrido de las velas, hasta así llegar a una habitación, que por cierto también muy bien decorada. Pero no encontraba a mi irlandés. Fui a otra habitación, y así hasta que llegué a la última puerta, la cual era un precioso balcón, pero tampoco aquí estaba Niall.
Me quedé impresionada al ver las vistas de éste balcón, me atrajeron demasiado. Sin siquiera darme cuenta habían pasado diez minutos en este balcón mirando aquellas vistas y no me había dado cuenta. 

Fui a salir del balcón, pero me tropecé con alguien, sí, era él.
-Te quiero. – dije abrazándome a él.
-Yo mucho más pequeña. – dijo acariciando suavemente mi espalda con sus manos.
Se separó unos centímetros de mí, así haciendo que nuestras miradas chocasen. Esa mirada que me hacía sentir tantas cosas, pero no era capaz de expresarlas. Posó su mano derecha con delicadeza en mi mejilla izquierda, y lo mismo hizo con su mano de izquierda en mi mejilla derecha. Nuestros labios cada vez estaban más cerca, escasos milímetros nos separaban, nuestras narices chocaban entre ellas, él sentía cómo mi corazón iba a mil por hora y yo sentía el suyo igual, sentía su respiración agitada. De vez en cuando se mordía el labio, cosa que hacía que mi corazón fuese aún más rápido. Al fin nuestros labios se unieron. Nuestras lenguas chocaron. Un beso inigualable. Un beso único. Mi lengua jugueteaba dentro de su boca con la suya. Me mordió el labio con delicadeza. Y después de un largo rato besándonos, tuvimos que separarnos por falta de aire.
Sin decir palabra alguna, me cogió en peso y me llevó a la primera habitación en la que entré. Sin duda alguna la más bonita.
Allí me dejó caer sobre la cama. Él se tiró encima de mí, con cuidado de no hacerme ningún daño. Entre beso y beso, logró quitarme la camiseta. La química que teníamos era extraordinaria. Con su ayuda conseguí quitarle la camiseta a él. Así poco a poco hasta quedar completamente desnudos. Entre nosotros ya no existía la timidez ni nada por el estilo, confiábamos plenamente el uno en el otro, sinceramente él es en la persona en la que más confío.
Ahora la tensión entre los dos aumentaba. El roce de la piel de uno con la del otro. La delicadeza con la que nos acariciábamos el uno al otro. Hasta que justo en el momento menos indicado sonó su teléfono móvil.
-¡Mierda! – soltó Niall disgustado.
-¿No piensas cogerlo? – pregunté.
-Ahora únicamente soy tuyo, sin ningún tipo de interrupciones. – dijo volviendo a besarme de la misma manera de la que lo estaba haciendo justo antes de que llamasen al teléfono móvil.
Esta vez no hubo ninguna interrupción. Solté un pequeño gemido, y así uno tras otro.
-Te quiero más a que nadie. – susurró en mi oído mientras besaba mi cuello.
Después de un rato en la habitación, nos fuimos al jacuzzi que había en el balcón.
No calculé el tiempo, pero más o menos nos llevamos una hora sin parar de besarnos en el jacuzzi, sin apenas a ver cruzado palabra entre uno y otro. Hoy era un día especial. No podía separar mi cuerpo del suyo, mis labios de los suyos, mi mirada de la suya. Hoy sentía que lo quería más que ningún otro día. Aunque pensaba que más de lo que ya lo quería era imposible querer a alguien. Pues para mi sorpresa era posible. Lo que no era posible, era querer a una persona más de lo que le quiero a él. Éste sentimiento que sentía dentro de mí, era más fuerte que ninguno, era mágico y no podría vivir sin ese sentimiento, más que nada, no podría vivir sin él.
En éste momento, simplemente estábamos abrazados el uno al otro mirando aquellas bonitas vistas, las cuales me había enamorado horas antes.
Me fijé en él. Su mirada fija en el horizonte. Pensando. Pero, ¿qué estaría pensando? Muchas veces me hubiese gustado leerle el pensamiento. Saber que piensa. Pero es algo imposible.
Reí para mis adentros al pensar algunas cosas de las que podría estar pensando en estos momentos. Para que mentir, eran bastante absurdas. Mejor ni decirlas. Mi risa fue la causante de que mi pequeño Niall dejará de mirar aquellas bonitas vistas y se fijase en mí.
Me miró, me sonrío, y me acarició mi mejilla. Yo me acomodé en su pecho mientras él acariciaba mi cabello. Empezamos a hablar de tonterías, de él, de mí, de nuestros futuros hijos, de muchas cosas.

En un rato decidimos salirnos. Eran las cuatro de la tarde y todavía ni siquiera habíamos comido.
Nos dimos juntos una ducha y luego nos pusimos algo cómodo.
Entre los dos estuvimos preparando unos deliciosos macarrones, que comimos con muchas ganas acompañados de un vino.
Nada más terminar de comer, decidimos descansar un poco en la cama. Niall se tumbó, y yo me acurruqué en su pecho.
Poco después escuchamos de nuevo sonar el teléfono móvil de Niall, pero no le dio tiempo a contestar. Justo cuando se levantó a cogerlo, ya habían colgado.
Se tumbó de nuevo junto a mí y se dispuso a desbloquear el teléfono móvil.
-¡Mierda! Tengo 28 llamadas perdidas. – dijo impresionado.
Yo me dirigí a coger también mi teléfono móvil.
-A mí también me han llamado. Tengo 26 llamadas perdidas, todas de las chicas. – añadí yo.
-Las mías son de los chicos. – me respondió.
-¿Crees que habrá pasado algo? – le pregunté bastante preocupada.
-Voy a llamar. – dijo mientras me hacía una señal para que me tumbase de nuevo junto a él.
Mientras él llamaba, yo estaba sumergida en mis pensamientos. Comiéndome la cabeza pensando que podría haber pasado. Los chicos sabían que hoy pasaríamos el día juntos fuera. Y si no fuese algo realmente importante no hubiesen llamado.

(Narra Niall)
Después de un par de pitidos Liam contestó a mi llamada.
-Tío, ¿ha pasado algo? Es que me he encontrado 28 llamadas perdidas y Marta otras 26, y nos hemos asustado. – le comenté.
-Sí, Niall. No queríamos molestaros, pero esto es realmente urgente.
-¿Qué ha pasado? – dije sin dejarle terminar.
-Creo que deberías de venir a casa, prefiero explicártelo en persona.
-¿Es muy urgente?
-Solo te puedo decir que Harry ahora mismo necesita nuestro apoyo.
-¿Le ha pasado algo?
-Ven Niall, rápido.
-De acuerdo, llegaré lo antes que pueda. – dije, y seguidamente finalicé la llamada.
-Niall, ¿qué ha pasado? – preguntó Marta mucho más preocupada esta vez.
-Tenemos que volver a casa, ha pasado algo, no sé el qué.
Rápidamente salimos del apartamento y montamos en el coche para minutos después llegar a casa y encontrarnos con un equipo médico en casa de Harry y dos ambulancias a fuera.

HOLIS. Por fin tenéis el esperado capítulo 38. Espero que os haya gustado chicas.
Como siempre os digo PERDÓN, sí, lo sé tardó mucho en subir, soy una tortuga escribiendo, pero no tengo tiempo, tercero es una mierda.
MUCHÍSIMAS GRACIAS  a todas las lectoras que seguís leyendo la novela desde el principio y claro está que también a las nuevas.
Bueno si queréis siguiente pronto dejad comentarios aquí abajo en el blog diciéndome como os ha parecido éste capítulo y que podría mejorar, no sé algo. Muchas gracias.
Os quiero xx. 

7 comentarios:

  1. ASDFGHJKLÑ. SIGUIEEEENTEEE :)

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    1. Lo subiré lo ates que pueda cielo :)
      Muchas gracias por comentar. <3

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  2. SDVÒJWNVPEIJVEPFJBNEFOBJVN ME ENCANTA! NECESITO SIGUIENTE ANTES DE QUE ACABE EL MES COMO MINIMO. NO ME PUEDES HACER ESPERAR TANTO TIEMPO QUE ME HAS DEJADO CON LA INTRIGA DE LO QUE HA PASADO Y ME HA DADO MUCHO CORAGE e.e
    ASIN QUE YA SABES INTENTA SUBIR EL SIGUIENTE LO MÁS RAPIDO POSIBLEEEEEEEE! *___*

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  3. Por fiiiin!!! jajajajaja Ay cielo me encanto *-* - Claudia <3 (del tuenti jeje) q¡

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  4. Joder, me encanta, oins, que habrá pasado... Siempre nos dejáis con la intriga.. ;(((.

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  5. fhiwqfbjwklbgfegam no me lo creo eres genial.... siguela k me muerooo, me has dejado con la intriga, ¿que le pasara a harry? ¿y cm acaba el dia especial de niall y marta? ;3 ... siguela cuando puedas guapa, pero porfa no tardes mucho... buff estoy motivada, nerviosa, con mucha intriga... ;D

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