(Narra
Liam)
Me
había quedado un rato dormido, necesitaba recuperarme un poco
después de la operación, pero no podía sacarme de la cabeza a mi
princesa. Necesitaba noticias sobre ella, necesitaba saber que estaba
bien, no podía verla ni un solo segundo mal.
-Chicos,
¿ya puedo ir a verla? - les pregunté a Zayn y a Louis, ya que eran
los que estaban conmigo en la habitación.
-Está
bien, vamos. - dijeron.
Me
ayudaron a levantarme de la camilla con mucho cuidado y caminando muy
despacio al fin llegamos a la habitación de mi princesa.
-Te
dejamos entrar solo, si necesitas algo aquí estamos. - dijeron los
dos.
-Vale
chicos, gracias. - dije dedicándoles una sonrisa, la cual ellos me
devolvieron.
Abrí
la puerta cuidadosamente y allí la vi a ella, tumbada en la camilla,
se le veía muy pálida y débil, y no tenía su habitual sonrisa en
la cara, algo que veía raro.
Cerré
la puerta, me senté en el borde de la camilla y le cogí la mano con
cuidado.
No
podía parar de mirarla y acariciar su rostro, me era muy difícil
verla así, necesitaba que se pusiera bien.
-Princesa
eres fuerte, tú puedes superar esto, hazlo por Sarah, por el bebé,
y por mí, te necesito a mi lado, necesito tus abrazos tus besos, tus
sonrisas, te necesito a ti, a mi princesa. - dije y me abracé a ella
tumbándome en la camilla, mientras una lágrima tras otra empezaron
a recorrer mis mejillas.
[…]
Me
había quedado dormido junto a ella.
-Buenas
días dormilón. - dijo, sí, ella, mi princesa, ¡había despertado!
-¡Princesa,
estás bien! - dije comiéndomela a besos.
-Sí,
gracias a ti estoy bien, por tu cariño, por haberme abrazado toda la
noche.
-Te
amo princesa. - dije posando delicadamente mis labios sobre los
suyos, al fin volvía a sentir esa sensación al besarla.
-Yo
mucho más pequeño.
-Bueno
voy a llamar a los médicos, para que te hagan las últimas pruebas y
que comprueben si tú y él bebé estáis bien.
-No,
esperate un ratito más aquí conmigo, por favor. - dijjo poniéndome
cara de cachorrito.
-Bueno...
si me pones esa carita me quedo contigo. - dije riendo y tumbándome
de nuevo en la camilla junto a ella.
-Liam.
- dijo ella de repente cambiando la cara, estaba mucho más seria.
-¿Qué
pasa? - dije preocupado.
-¿Sabes
algo sobre Vannesa?¿Está bien?
-¿Quién
es Vannesa? - dije extrañado.
-La
chica que entró ayer junto a mí, ella es tu donante.
-No
sé nada sobre ella, no me han dicho nada.
-Tengo
que ir a preguntar. - dijo intentando levantarse de la camilla, pero
yo lo impedí.
-Eh,
necesitas descansar princesa, estás débil recuérdalo.
-Liam,
necesito saber algo sobre ella, no tiene a nadie aquí, y quiero que
esté bien.
-¿Cómo
que no tiene a nadie aquí?¿Ni siquiera vino su familia?
-No,
lo hizo por su voluntad, esto no sé si lo saben sus padres. Vannesa
es la directioner de Florida que salió del público a darte un
abrazo, y tú la invitaste al concierto, ¿te acuerdas?
-Sí,
claro que me acuerdo de ella. ¿En serio qué es ella?
-Sí,
le debes mucho a esa chica pequeño, tendrías que haber escuchado
sus palabras antes de venir al hospital, es una gran chica, y se
merece seguir viviendo, disfrutar de toda la vida que le queda por
delante, apenas tiene 18 años.
-Necesito
saber sobre ella, voy a preguntar ahora por ella y les diré a los
médicos que despertaste. - dije bastante preocupado.
-Pero
no me dejes sola, dile a alguien que pase mientras.
-Vale.
Bueno ahora vengo, te quiero. - dije dándole un pequeño beso en los
labios y saliendo de la habitación.
Ahora
eran Harry y Laura los que esperaban a fuera. Les conté que Carmen
había despertado y que pasasen a hacerle compañía, que yo tenía
que ir a preguntarle una cosa a los médicos.
Rápidamente
llegué a recepción y allí pregunté por Vannesa.
-Vannesa
está en la habitación 445, está muy grave, y puede que en pocas
horas fallezca, sería un milagro que consiguiese recuperarse la
verdad. - me comunicó la doctora que había allí.
Subí
en el ascensor hasta la planta de Vannesa y cabizbajo entré en su
habitación.
Era
mi culpa, no debería de haber aceptado el riñón de nadie, ahora
ella podría estar disfrutando de la vida y no aquí, en una camilla
de hospital, a punto de fallecer.
Empecé
a llorar, me sentía muy culpable por todo lo que le estaba pasando a
esta pobre chica.
Después
de un rato allí sentado esperando que Vannesa despertase, alguien
entró, era mi princesa.
-Pequeño,
¿por qué lloras? - dijo ella sentándose sobre mí y posando sus
brazos sobre mis hombros, así rodeándome el cuello.
-Soy
el culpable de todo lo que le está pasando a esta pobre chica, ella
tenía una vida por delante y por mi culpa ahora está aquí en un
camilla, a punto de morir. - dije llorando más fuerte en sus brazos.
-Pequeño
no digas eso, tú no eres el culpable, ella lo hizo por su voluntad,
ella decía que necesitaba hacer eso por todas las personas que te
quieren, además después de lo que ha hecho no pueden llevársela,
tengo el presentimiento de que se va a recuperar, se lo merece. -
dijo ella acariciando mi mejilla suavemente y quitando las lágrimas
de mi mejilla.
-Ojalá
y se recuperé, no podría vivir con esto.
-Ya
verás pequeño, solo hay que esperar. - dijo ella dándome un
pequeño beso en los labios.
-Oye,
¿y qué te han dicho a ti los médicos? - dije cambiando de tema, ya
que también me interesaba saberlo.
-Tengo
anemia, así que tengo que comer más comida con hierro y también me
han recitado unas pastillas, pero que no es muy grave y bueno,
también me han dicho que debo descansar más, por mi bien y por el
del bebé.
-Pues
ya sabes, aquí vas a tener todos los días al pesado de turno
controlando lo que comes eh, y claro que también descansarás más.
-Bueno..
bueno. - dijo ella riendo.
[…]
Mi
princesa y yo después nos llevamos un buen rato hablando y decidimos
que llevasen a Vannesa al hospital con más recursos médicos de
EEUU, y así tendría más posibilidades de seguir viva, haríamos
todo lo que estuviese en nuestras manos para que se recupere.
Tras
bastantes papeleos y demás, transladaron a Vannesa al hospital de
EEUU, nada más llegar nos pusimos en contacto con los médicos de
aquél hospital, en unos minutos le realizarían algunas pruebas y
nada más terminales nos llamarían a nosotros para comunicarnos
cualquier cosa.
Después
de un rato bastante largo salimos de la oficina del hospital, y
fuimos a buscar a la nuestra pequeña Sarah, necesitaba abrazarla
después de todos estos días sin verla. Entramos en la sala en la
que estaba y nos encontramos a danielle, sí, ella cogiéndola en
brazos, le estaba diciendo algo, pero no conseguía escuchar lo que
le decía por la distancia, pero si no veía mal, ella, danielle,
estaba llorando, o eso parecia.
Liam
al verla se puso muy furioso, quiso ir hacía ella y quitarle a Sarah
de los brazos, pero yo se lo impedí.
-Tranquilízate
Liam, no lo está haciendo nada malo pequeño. - le dije yo
agarrándolo por el brazo.
-No
quiero que toque a mi hija, no Carmen. - dijo cada vez más cabreado.
Lo
había visto raro eso de que no me dijese “princesa” como me
suele llamar siempre, hacía bastante tiempo que no lo escuchaba
llamarme por mi nombre.
Al
parecer danielle se había dado cuenta de nuestra presencia y
enseguida se quitó las lágrimas de la cara y vino hacía mí, a
dejarme a Sarah.
-Lo
siento, no le quería hacer nada malo.
-No
te preocupes. - dije sonriéndole y a la vez abrazándome a la
pequeña Sarah, había crecido en esta última semana que no la había
visto, estaba monísima, como la había echado de menos.
-¿Puedo
hablar contigo un momento? - me preguntó danielle.
-Sí
claro, sal a fuera y en un momento voy yo.
-Vale,
muchas gracias. - dijo saliendo por la puerta.
Me
di cuenta de que Liam ya no estaba a mi lado, estaba sentado en un
sillón, así que fui junto a él.
-Pequeño,
¿qué te pasa? Te veo mal. - dije sentándome a su lado.
-Nada,
simplente es que estoy agobiado por todo lo que está pasando, en
serio lo siento por haberte hablado así de mal princesa. - dijo
abrazándome y dándome un beso en la frente.
-No
pasa nada pequeño todos tenemos nuestros malos días.
-Gracias
por comprenderme princesa.
-Bueno
te dejo aquí a la peque un momento que danielle quiere hablar
conmigo, ahora vengo. - dije dándole un beso a Sarah y dejándosela
en sus brazos.
Me
dirigí hacía a fuera donde me esperaba danielle, la verdad es que
todo esto lo veía muy raro, bastante, pero quería saber lo que me
tenía que decir, de que quería hablar conmigo.
Allí
la vi sentada en un banco.
-Ya
estoy aquí. - dije.
-¿Vamos
mejor a la cafetería y hablamos allí más tranquilas? - propuso.
-Vale,
mucho mejor.
En
un incómodo silencio las dos nos dirigimos hasta llegar a la
cafetería, pedimos un café cada una y empezamos a hablar.
Bueno
aquí tenéis el capítulo 34, espero que os haya gustado, la verdad
es que me ha costado bastante hacerlo, le he dado mil vueltas a la
cabeza a ver lo que hacía, por eso he tardado tanto en hacerlo, pero
bueno aquí lo tenéis ya.
Y
bueno las que fuistéis a Madrid y logratéis ver a los chicos en
persona que me alegro muchísimo por vosotras, yo también los
conseguí ver, los tuve súper cerca en el hotel, y conseguí que
Liam, Niall y Harry me sonrieran, asdfgh, fue increíble. *-*
Bueno
y también espero que podáis ir a alguno de los conciertos, yo por
ahora voy a BCN, y bueno si mañana consigo entrada pues iré el 25
al segundo concierto de Madrid, jajaja.
Bueno
y lo de siempre, que me dejéis aquí abajo un comentario con vuestra
oponión sobre el capítulo, que no os cuesta nada, por favor. :')
Ah
y que también que en mi tablón del tuenti “Carmen Payne” en la
primera entrada están los dos primeros capítulos para el principio
de mi segunda novela, elegid cual os gusta más. :P
OS
QUIERO.